Hoy en día, la mayoría de los supermercados y kioscos están repletos de productos pensados para atraer a los niños: envases coloridos, personajes animados, juguetes sorpresa… pero ¿qué hay realmente dentro de esos paquetes?
Spoiler: no es magia, es puro marketing… y muchos ingredientes que ni siquiera podemos pronunciar.
¿Qué son los ultraprocesados?
Son productos comestibles que pasaron por varios procesos industriales. Contienen aditivos, colorantes, saborizantes, conservantes y altos niveles de:
- Azúcar refinada
- Sodio
- Grasas trans o saturadas
- Harinas ultrarrefinadas
Ejemplos clásicos: gaseosas, galletitas rellenas, snacks salados, cereales azucarados, embutidos y comidas listas para calentar.
¿Por qué son especialmente peligrosos para los chicos?
Porque el cuerpo de un niño está en pleno desarrollo, y sus necesidades nutricionales son muy distintas a las de un adulto.
El consumo habitual de ultraprocesados se ha relacionado con:
- Aumento del riesgo de obesidad
- Alteraciones en el microbioma intestinal
- Problemas de conducta y atención
- Déficit de nutrientes esenciales
Además, generan adicción al sabor artificial. Cuanto más comen, más difícil les resulta disfrutar de alimentos naturales.
La alternativa existe… y es deliciosa
No se trata de ser extremistas. Se trata de reducir lo ultraprocesado y reemplazarlo con comida real: frutas, cereales integrales, verduras, legumbres, frutos secos, etc.
Lo ideal es que los chicos conozcan desde temprano sabores auténticos y preparaciones caseras.
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