“Mi hijo no quiere comer verduras”: un clásico que tiene solución.

Muchos padres se desesperan cuando sus hijos rechazan las verduras. Aparece la culpa, el miedo (“¿le faltarán vitaminas?”), el fastidio y las mil estrategias para “camuflar” el brócoli. Pero antes de caer en la lucha diaria, vale la pena entender qué hay detrás de este rechazo y cómo encararlo con inteligencia emocional y paciencia.

¿Por qué muchos niños rechazan las verduras?

No es capricho: hay razones evolutivas y sensoriales.

  • Sabor más amargo: naturalmente, los niños tienden a preferir sabores dulces y rechazar los amargos (por protección instintiva ante plantas tóxicas).
  • Textura desconocida: algunas verduras cocidas tienen texturas blandas o fibrosas que pueden resultar extrañas.
  • Experiencias negativas previas: si alguna vez se los forzó a comer, el cuerpo asocia la verdura con una experiencia negativa.
  • Ejemplo en casa: si los adultos no las consumen, difícilmente el niño las quiera incorporar.

¿Qué puede pasar si no comen verduras?

Las verduras aportan:

  • Fibra (para la digestión)
  • Vitaminas y minerales clave
  • Antioxidantes naturales

Su ausencia prolongada puede generar:

  • Estreñimiento
  • Bajo nivel de defensas
  • Deficiencias nutricionales
  • Mayor riesgo de enfermedades crónicas en la adultez

¿Qué podés hacer sin caer en la guerra de platos?

Predicar con el ejemplo: comer verduras sin quejarte ni disimularlas.

Ofrecer sin presionar: dejalas en el plato, aunque no las prueben.

Variar la preparación: no todo es hervido. Hacelas al horno, en sopas, salteadas, en chips crocantes.

Involucrarlos: que ayuden a lavarlas, cortarlas, elegirlas en la verdulería.

Jugar con los colores: presentaciones divertidas ayudan a abrir la curiosidad.

Tener paciencia: a veces hace falta ofrecer un alimento más de 10 veces hasta que lo acepten.

Crear una relación saludable, no una batalla

Lo más importante no es que coman “la cuota” diaria de vegetales, sino que no los vivan como un castigo. Si el niño crece con una relación positiva hacia la comida real, la elección saludable vendrá sola con el tiempo.

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