Creemos que el azúcar solo está en los caramelos o en el postre… pero la realidad es otra. Muchos niños consumen grandes cantidades de azúcar sin saberlo, incluso en productos que parecen saludables: yogures, cereales, jugos, panificados, salsas.
¿El resultado? Agitación, cambios de humor, adicción al sabor dulce, y a largo plazo, un desequilibrio en su salud física y emocional.
¿Dónde se esconde el azúcar?
Algunos productos comunes que pueden tener azúcar añadida:
- Yogures saborizados
- Jugos “naturales” en caja
- Pan lactal y galletitas “integrales”
- Cereales para el desayuno
- Barritas de cereal
- Salsas comerciales (ketchup, mayonesa, etc.)
Leer las etiquetas es clave. El azúcar puede aparecer con otros nombres: jarabe de maíz, glucosa, dextrosa, maltodextrina, fructosa, sacarosa, entre otros.
¿Cuánto es demasiado?
La Organización Mundial de la Salud recomienda que los niños no superen el 10% de su ingesta calórica diaria en azúcares libres. En términos simples: eso equivale a menos de 5 cucharaditas de azúcar por día… ¡y muchas veces lo superan en un solo desayuno!
¿Cómo reducir sin prohibir?
Elegí versiones sin azúcar añadida: yogures naturales, panes artesanales.
Endulzá naturalmente con frutas, dátiles o puré de banana.
Prepará snacks caseros: muffins de avena, galletitas de avena y manzana, heladitos de frutas naturales.
Educá el paladar: los chicos pueden aprender a disfrutar sabores menos dulces si se los exponemos de forma gradual y sin presión.
Más energía, mejor humor, salud a largo plazo
Reducir el azúcar no es una moda: es una necesidad. Cuando lo lográs, no solo mejoran sus defensas y su digestión… también su capacidad de atención, su estado de ánimo y su relación con la comida.
Entrá al blog y descubrí una forma más saludable, rica y práctica de alimentar a tu familia. 🌿