¿Por qué los niños rechazan los vegetales?

Es una escena clásica: el plato tiene brócoli, espinaca o zapallo, y automáticamente… cara de asco. No falla.
Pero ¿por qué los niños tienden a rechazar los vegetales, incluso antes de probarlos?

El instinto juega su papel

Desde un enfoque evolutivo, los sabores amargos estaban asociados a plantas venenosas, y los dulces a frutas seguras y energéticas. Por eso, el rechazo al amargor es algo natural, no un capricho. A eso sumale que muchas verduras tienen texturas nuevas, colores “raros” o aromas intensos. Todo eso genera resistencia.

La clave está en el cómo, no solo en el qué

Ofrecer una verdura hervida sin nada no es lo mismo que presentarla salteada con especias suaves, en forma de croquetas, mezclada en una sopa colorida, o en muffins salados.
Los chicos necesitan que el momento de comer sea agradable y sin presión. Obligar o forzar puede generar más rechazo. En cambio, incluirlos en la cocina, dejar que toquen, huelan y prueben sin obligación, ayuda un montón.

Y como todo hábito, lleva tiempo

No se trata de que amen el brócoli el primer día. Lo importante es exponerlos muchas veces, de diferentes formas y sin castigos. Con el tiempo, lo que hoy rechazan, puede convertirse en parte de su alimentación cotidiana.

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