El caos de la primera papilla
Llegó el momento: tu bebé ya muestra señales de querer algo más que leche, y vos… estás entre emocionado y asustado. Empezar con la alimentación complementaria puede sonar sencillo, pero se transforma en un mar de dudas. ¿Con cuchara o con las manos? ¿Puré o BLW? ¿Qué alimentos primero? ¿Y si se atraganta?
Tranquilidad. Que no sos el único. Todos pasamos por ese torbellino de preguntas.
💡 Entender lo básico: no reemplaza, complementa
Primero lo primero: la alimentación complementaria complementa la leche, no la reemplaza. Eso significa que hasta el año de vida, la leche (materna o fórmula) sigue siendo el alimento principal.
El objetivo no es que coman un plato lleno, sino que exploren sabores, texturas y desarrollen habilidades. Es un proceso gradual.
🛑 Errores comunes (y cómo evitarlos)
Ofrecer poca variedad: muchos se quedan con 3 o 4 alimentos por miedo. Pero cuanto antes se amplía el abanico, mejor para el paladar del bebé.
Forzar la comida: si no quiere, no quiere. El respeto al apetito es clave.
No tener un plan: sin ideas ni organización, terminamos ofreciendo lo mismo todos los días.
La clave está en la planificación (sin volverte chef)
No hace falta ser chef ni pasarse horas en la cocina. Lo que necesitás son ideas simples, nutritivas y adaptadas a la edad. Tener un recetario confiable hace toda la diferencia. No solo te ahorra tiempo, sino que te da esa seguridad de que estás haciendo las cosas bien.
¿Y si te digo que ya existe uno que lo resuelve?
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